miércoles, 15 de febrero de 2012

Domingo 29 de enero 2012. LA ORACION TE MANTIENE SANO Y LIBRE.


NOTAS, COMENTARIOS Y REFLEXIONES


Nuestro tema es la oración cristiana. No simplemente oración, sino oración cristiana. En Lucas once, leemos, “Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. Cuando acabó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.” Es nuestra petición que aprendamos a orar efectivamente; y que aprendamos esto de las enseñanzas de Jesucristo mismo y de las Sagradas Escrituras.
Cuando hablamos de oración, no estamos hablando de orar a cosas creadas. Esto es lo que la mayoría de la gente en el mundo hace. Si usted viaja a cualquier parte del mundo, se dará cuenta que la gente ora. Todos adoran, pero casi todas estas gentes adoran a criaturas. Oran al sol, oran a la luna, oran a los árboles, oran al viento, oran a los santos. Este tipo de oración, de acuerdo con la Biblia, es idolatría. La oración cristiana es pronunciada por personas verdaderamente cristianas, quienes han sido nacidas de Dios, y a las cuales no solo se les ha perdonado sus pecados, sino que además se les ha otorgado naturaleza divina. Estos son verdaderos cristianos, en quienes el Espíritu Santo habita. Para los cristianos, la oración debe ser tan natural como el llorar y respirar de un bebé recién nacido. A continuación, consideremos algunos puntos acerca de la verdadera oración cristiana.
Oración es conversación con el Dios infinito, personal, y trino. Oración es comunión con este Dios, comunión para la cual fuimos creados. Hemos sido creados para vivir una vida en relación y comunión con el único Dios verdadero y vivo, quien existe en tres personas. Y esto quiere decir que no podemos orar y dormir al mismo tiempo. Normalmente oración es lenguaje, articulación, conversación. Aunque me gustaría poder orar mientras estoy durmiendo, parece que esto no resulta. Entonces, bíblicamente hablando, la oración es una conversación con la personalidad infinita, con el Dios de las Sagradas Escrituras, el Dios que creó y que reina el universo.
Dios hace su voluntad a través de nuestra oración. Hay personas que preguntan: ” Por qué debemos orar si sabemos que Dios a determinado todas las cosas desde la eternidad? Todo lo que ocurre, ocurre porque Dios lo ha decretado. Por lo tanto, cuál es la diferencia entre orar a Dios y no hacerlo?” Esa es una pregunta tonta, y la respuesta está en que el mismo Dios que determinó todas las cosas, determinó también el medio por el cual sus propósitos han de ser efectuados. Qué quiere decir esto? Por ejemplo, aunque es Dios quien salva a los pecadores, El también ha decretado el medio por cual los pecadores pueden ser salvos, y eso es a través de seres humanos predicando el evangelio de Jesucristo. Así que si alguien pregunta, ” Por qué debo testificar?” ” Por qué debo predicar el evangelio?” Podemos contestar: “Dios es magnífico, y Dios es grande, y Dios es absolutamente soberano. El ha determinado todas las cosas y El va a salvar a todas las personas a quienes ha predestinado para la salvación”. Dios va a salvar a todas las personas, pero los va a salvar a través de los medios que el mismo a determinó. Del mismo modo, Dios hace efectivos sus decretos por medio de oraciones que nosotros oramos y que han sido determinadas por El. Es por esto que la oración es extremadamente importante. Es por medio de nuestra oración que la voluntad de Dios es hecha.
Debemos orar de acuerdo con la voluntad expresa de Dios, tal como nos es revelada a través de un solo medio, en el libro que Dios nos ha dado, en el Nuevo y en el Antiguo Testamento. La voluntad de Dios está revelada en la Palabra de Dios. Si la voluntad de Dios puede ser comparada a un círculo, entonces todas nuestras oraciones tienen que estar adentro de este círculo, o sea, de acuerdo con la expresa voluntad de Dios. Usted no puede orar afuera del círculo de revelación divina. Por ejemplo, suponga que yo no amo a mi esposa, y aunque hemos estado casados por muchos años, ahora quiero tener otra mujer. Esta no es una oración que puedo orar: “O Dios, por favor encuéntrame otra mujer. Ya han sido treinta y cinco años.” Por qué? Tal oración está afuera de la voluntad expresa de Dios. Toda oración debe acordar con la voluntad de Dios, tal como aparece revelada en las Sagradas Escrituras.
En Juan, capítulo quince, versículo siete leemos: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis, y os será hecho.” Se dan cuenta entonces que la oración debe estar de acuerdo con la voluntad de Dios que nos ha sido revelada. En la Primera de Juan, capítulo cinco, versículo catorce, Juan dice esto: “Y ésta es la confianza que tenemos en El, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, El nos oye.” Entonces la oración es toda cosa que ustedes quieran, pero siempre dentro de una esfera que es “conforme a su voluntad”, a la palabra de Dios. Juan continúa, “Y si sabemos que El nos oye, cualquier cosa que pidamos” donde “cualquier cosa” está limitada por la palabra de Dios “sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” Este es un gran versículo que nos proporciona una gran seguridad, que si oramos de acuerdo con las promesas de Dios mismo, El va a cumplir con lo que ha prometido. Lean en Segundo Samuel, capítulo siete, versículos veinticinco y veintiséis, donde David ora de este modo: ” O Dios, ejecuta lo que has prometido.” Esta también es una muy buena ilustración de oración correcta, oración acuerdo con la voluntad de Dios.
Por qué es la oración tan importante? La oración es tan importante, primero, porque Dios nos ha mandado que oremos. Es por medio de nuestra oración que Dios provee cuando necesitamos. La oración es el método de gracia por el cual se nos proporciona lo que necesitamos. Segundo, hay un Diablo que se opone a todo cristiano. En la Primera de Pedro, capítulo cinco, comenzando con el versículo ocho, San Pedro nos dice, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el Diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar, al cual resistid firmes en la fe.” Así es que otra razón por la cual hay que orar, es que hay un Diablo que constantemente está tratando de derrotarnos y devorarnos. Con seguridad esto no ocurrirá, ya que Dios nos ama y está con nosotros. La gente de Dios orará y recibirá poder divino e iluminación para resistir al Diablo por medio de la sangre de Jesucristo. Tercero, Jesucristo mismo, Dios encarnado, el hijo de Dios, siempre oraba. Normalmente Jesús se levantaba muy temprano por la mañana, iba a una parte solitaria y oraba. Lo vemos orando a través de toda su vida. Lo vemos orando en el Jardín de Getsemaní. Lo vemos orando en la cruz cuando estaba muriendo. Por lo tanto, para Jesús la oración era normal, como respirar. El tenía una constante comunión con su Padre Celestial. Cuarto, los apóstoles oraron y nos enseñaron a orar. Especialmente cuando leemos el libro de Hechos, encontramos a los apóstoles orando continuamente. En Hechos, capítulo seis, versículo cuatro Pedro dice, “Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.” Los apóstoles fueron bien instruidos por nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Dios no oye las oraciones de paganos, de pecadores; ningún pecador puede acercarse al trono de Dios y orarle a El. Las únicas personas que verdaderamente pueden orar son las personas que han sido nacidas de nuevo por el Espíritu Santo, a quienes se les ha dado naturaleza divina, a quienes se les ha removido para siempre sus pecados. Estas son las personas a las cuales les será permitido acercarse con confianza al trono de gracia para comulgar con Dios, y Dios les oirá sus oraciones. Ahora, ya hemos mencionado que mucha gente ora. Qué podemos concluir, entonces, de toda esta piedad expresada por gentes de todo el mundo? Que ellos no están orando al verdadero Dios, al Dios infinito y personal quien creó y gobierna el universo. Ellos no le oran a El Padre, Hijo y Espíritu Santo.
La oración es muy, muy difícil. Es un ejercicio muy difícil. Podemos venir a la iglesia fácilmente. Podemos leer la Biblia fácilmente. Podemos escuchar sermones fácilmente. Podemos hacer muchas, muchas cosas con mayor facilidad que acudir a Dios y orar. Por qué? Porque somos pecadores, y porque hay un demonio que nos opone. El Diablo odia cuando nos arrodillamos y oramos, sin quedarnos dormidos, a El Dios todopoderoso. La verdad es que los cristianos, particularmente en los países mas económicamente avanzados del mundo, no oran mucho porque aparentemente no tienen muchas necesidades. Sus necesidades son superficiales, cubiertas con prosperidad económica, aunque tengan necesidades espirituales muy serias. Piensan que todo está bien, y por eso no necesitan orar. Prefieren leer el periódico. Prefieren ver televisión lealmente. La televisión es para ellos como una droga; si no la ingieren, además de disgustarse manifiestan síntomas de adicción. La gente cristiana ocupa su tiempo en muchas actividades, excepto en oración. Reconozcamos que la oración es extremadamente difícil. Cuando oramos, nosotros sabemos que lo hacemos porque el Espíritu Santo ha generado adentro de nosotros un gran deseo de orar. Cuando oramos, Dios produce y hace nacer en nosotros el deseo urgente de comunicarnos con Dios, y de permanecer con El.
La oración es normalmente dirigida a Dios Padre. Puede también ser dirigida a Dios Hijo, o a Dios Espíritu Santo, pero normalmente la oración es dirigida a Dios Padre. En Mateo, capítulo 6, versículo nueve, Jesucristo nos dice en la oración que El mismo nos enseñó: “Vosotros, pues oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos”. De manera que la oración debe ser dirigida a Dios Padre, quien es la primera persona de la Sagrada Trinidad. Ahora, Dios Padre es su padre, y a El le gusta mucho oír sus oraciones. A El le gusta mucho verlo, o verla. No debemos pensar que Dios Padre es severo y transcendente y que está lejos de nosotros. Cómo podemos entonces, siendo pecadores, acercarnos de alguna manera a Dios Padre? Lo hacemos por medio de Jesucristo. La verdad es que Dios Padre nos amó desde toda eternidad y que fue El quien planeó nuestra salvación. El planeó nuestro acceso a su persona por medio de Jesucristo. Es por esto que usted necesita entender que Dios padre nos ama muy tiernamente, como un padre ama a sus propios hijos. Debemos entender que a El le place que vengamos a orarle. Dios está mas dispuesto a contestar nuestras oraciones que nosotros a orar. Así es que tenga esto en mente, especialmente al acercarse a Dios Padre en oración.
La oración es ofrecida a Dios Padre por medio de Jesucristo. Leamos Hebreos, capítulo diez : “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne.” Es con base en la expiación de Cristo por nosotros que podemos acercarnos a la presencia de Dios Padre. Este acceso a Dios Padre se nos otorga por medio de Jesucristo, por medio de su intervención, por medio su sangre, la cual derramó en nombre de nosotros. En el versículo veintidós, leemos: “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Esto significa que debemos dirigirnos a Dios por medio de la obra de Jesucristo, por medio de su sangre. Jesucristo dijo, “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie vendrá al Padre excepto por medio de mí.” Es, entonces, a través de Jesucristo, que venimos al Padre. También se nos ha dicho que oremos en el nombre de Jesucristo, lo cual quiere decir por medio de Su autoridad, basándonos en Su intervención por nosotros. No venimos al Padre basándonos en nuestra propia justicia. Venimos al Padre basándonos en la obra redentora de Jesucristo, por medio de la cual se nos ha adjudicado Su justicia. De manera que ahora podemos acercarnos a Dios Padre, y Dios Padre nos acepta porque venimos a El por medio de Jesucristo.
Finalmente, tenemos que estar conscientes de que venimos a Jesucristo también por el Espíritu Santo. Leamos Efesios, capítulo dos, versículo 8 y Romanos , capítulo ocho, versículo quince. Dios nos ha dado el Espíritu de adopción por el cual lloramos “Abba, Padre”. La oración la ofrecemos al Padre a través de Jesucristo, por medio del Espíritu Santo, quien Dios nos ha dado. Reflexionemos acerca de estas cosas, y pongámoslas en práctica, para que podamos gozar de este gran privilegio llamado oración.



UN CRISTIANO SALUDABLE

Este podría considerarlo con un test o una consulta médica que se realiza con el propósito de definir nuestro nivel de salud, muchas veces recibimos la terrible noticia que estamos enfermos, algunas otras que gozamos de buena salud. ¿Esta preparado?

UN CRISTIANO SALUDABLE
1. Es aquel que habla con Dios diariamente (Mateo 26:41)
2. Vela en todo tiempo ante las acechanzas del enemigo
3. Mantiene un ritmo constante de oración

Un cristiano saludable es reflejado a través de la oración, en primer lugar es importante notar que el deseo de buscar a Dios ya muestra un buen estado saludable, y en segundo lugar, buscarle en oración define el estado de salud, podríamos decir entonces que cuando un Cristiano está saludable, desea orar y lo hace y se mantiene velando en todo tiempo, consciente que si deja de orar podría ser dañado con un flechazo del enemigo y esto dañaría su salud, nadie que recibe un flechazo puede considerarse como sano, pero el cristiano saludable que habla con Dios diariamente mantiene un ritmo adecuado de oración, no significa que no tenga que hacer nada mas que orar, sino que ha comprendido que la oración es parte de su dieta alimenticia y si no hace uso de ella su salud va decreciendo.

Mantente alerta viviendo sanamente y solo lo lograras si la oración es parte de tu diario vivir, no solo en tus tiempos de comida, lo cual hasta algunos olvidan, sino en todo tiempo una actitud de oración, puedes orar cuando vas en el taxi o camión, puedes orar cuando estas trabajando, cuando estas haciendo deporte; no necesariamente de rodillas todo el tiempo, pero buena salud es también apartar un tiempo en la intimidad con Dios, donde puedas doblar tus rodillas y humillarte ante nuestro Dios.

UN CRISTIANO SALUDABLE
2. Es aquel que escudriña la palabra de Dios (Juan 5:39)
- Porque comprende que en ella hay vida
- Porque en ella se testifica de Cristo
- Y Cristo es el camino la verdad y La Vida

La salud del cristiano es notable cuando le ha dado importancia a el estudio de la palabra de Dios, no una simple forma de lectura, sino un estudio profundo y constante, la buena salud se logra por constancia, es decir siempre se mantiene estudiando la palabra, aprendiendo de ella, compartiéndola y haciéndola propia. Si nos enteráramos que determinada planta nos ayudaría a vivir más años sobre la tierra, todos corrieran por encontrar esa planta y vivir para siempre sobre la tierra, entonces como no nosotros sabiendo que no como farsa sino como verdad la Palabra de Dios nos habla de vida eterna, vamos a desperdiciar este regalo maravilloso.

El cristiano saludable que escudriña la palabra de Dios ha comprendido que en la Palabra de Dios hay vida y alguien que vive es porque goza de salud. También el cristiano saludable que escudriña la palabra ha descubierto que el testimonio del amor de Dios y su entrega a través de su único hijo, se encuentra en las páginas de la Biblia. Quien que este enamorado no quiere oír diariamente que le aman, y la palabra de Dios nos habla cada día testificando del amor de Dios y su entrega por la humanidad, descifrando que la vida se encuentra en Cristo.

UN CRISTIANO SALUDABLE
3. Es aquel teme a Dios (Proverbios 3:7-8)
- Y se aparta del mal
- Y encuentra sanidad en Él
- Y se recrea en El
- Disfruta el temer a Dios

La salud del cristiano es reflejada también a través de nuestra actitud, una persona que hace lo que se le antoja no está reflejando buena salud espiritual, pero el cristiano saludable es aquel que teme a Dios, que no quiere fallarle, que solo busca agradarle, que literalmente y contundentemente se aparta del mal, si antes le gustaba el placer de la bebida alcohólica, hoy se goza tomándose un vaso de agua pura y no le es molestia. El cristiano saludable reconoce que en el temor de Dios está la sanidad del alma, el hombre nace podrido y destruido, pero viene Cristo y nos da sanidad y nos limpia y el temor a Dios nos encamina día a día a un mejor estilo de vida, y ese estilo de vida va enfocado a disfrutar realmente esta forma de vida.

Muchos piensan que como cristianos vivimos amargados, nunca sonreímos, cuando realmente la alegría eterna esta en Cristo, solo cuando conoces a Dios y su amor y a su hijo y su entrega y al Espíritu Santo tu consolador, entonces empieza disfrutar honrar a Dios y temerle no por quedar bien con Dios solamente el cual es una razón, sino también porque es beneficio para cada uno de nosotros.

UN CRISTIANO SALUDABLE
4. Es aquel que honra a Dios con su cuerpo
- Porque comprende que no le pertenece
- Porque comprende que Cristo pago el precio
- Porque glorifica a Dios con su físico

El lastimar nuestro cuerpo puede significar la muerte, y cuando hablamos de honrar a Dios con nuestro cuerpo tenemos que comprender que este cuerpo ya no nos pertenece por tanto debemos cuidarlo, cuando alguien nos presta algo que quiere mucho, tratamos en todo lo posible de no dañarlo porque sabemos que no es nuestro, lo mismo es en nuestro cuerpo, el cristiano saludable ha comprendido que su cuerpo no le pertenece por tanto debe cuidarlo, pero también ha comprendido que para que hoy pudiera vivir, tuvo que haber pasado por un proceso de libertad, hubo alguien que pago el precio para que hoy yo tenga vida, Cristo pago el precio.

El cristiano saludable sabe lo que Cristo hizo y en agradecimiento honra a Dios con su cuerpo, y no solamente eso, sino que también glorifica a Dios con su físico, es decir no permite que se dañe porque sabe que no es propio, no peca contra su propio cuerpo, porque esto dañaría su relación con Dios, no abusa de su cuerpo, lo cual muchos hacen, dándole mucho esfuerzo físico sin compensar con vitaminas lo que se pierde, si amas a Dios y le temes y valoras lo que Cristo hizo, valoraras tu cuerpo, no harás nada para dañarlo, esto significa también que el cuerpo físico cuente con salud, no es agradable estar enfermo, nada agradable es estar sufriendo un dolor físico, muchos de estos males se hubieran evitado, si hubiéramos nosotros considerado algunas cosas que podrían dañar. Hoy es tiempo de reflexionar que si Dios nos regaló este cuerpo tenemos que honrar a Dios con nuestro cuerpo.


Mantente sano. Somos alma, cuerpo y espíritu y tenemos que tener un balance entre ellos, mantenernos sanos física, emocional y espiritualmente. Para cuidar tu parte física, debes dormir lo suficiente, comer de manera balanceada, y realizar un ejercicio físico, ya sea practicar un deporte, caminar o ir al gimnasio. Si sientes que tienes una situación emocional difícil, busca consejería, pues muchas veces necesitamos de una escucha atenta para salir del círculo vicioso en que nos envolvemos. Y no olvidemos la parte espiritual, busca grupo de jóvenes que sean dirigidos en oración, pues el cuerpo, la mente y el espíritu están conectados entre sí.
Desarrolla relaciones significativas: Arriésgate a entablar relaciones más íntimas con tus amigos, donde puedan hablar de problemas, pues muchas veces nos limitamos a tener relaciones superficiales, tenemos muchos “conocidos” con quienes hablamos cosas triviales, pero no nos sentimos escuchados ni seguros.
Asume actitud positiva, que te permita practicar el agradecimiento, y comienza hacer una lista de todas las razones por la cuales estar agradecido(a). Una vez escuché que la verdadera felicidad consiste en desear, lo que uno tiene, pues si vives deseando las cosas de las cuales carece, vas a vivir en una queja continua. ¿Quién quiere vivir con una persona que está quejándose constantemente?
Ayuda a los demás, haz favores a tus amigos, ayuda a los más necesitados, elogia a los que te rodean, pon tus habilidades al servicio de tu comunidad y recuerda que escuchar es el idioma del amor.
Vive un día a la vez, pues de esta manera vas resolviendo los problemas cada día. Jesús nos dio un importante mensaje en la Palabra de Dios; “No se preocupen por el día de mañana, por que mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas”; en otras palabras, cada día tiene su propio afán, resuelve lo de cada día, entonces la suma de tus días será buena.
Vive la vida con propósito, para algunos el propósito es educar a sus hijos, otros servir a Dios, algunos tener fama, lo importante es tener un sentido en tu vida.
Asume la responsabilidad de tu propia felicidad. Se puede elegir la felicidad en medio del dolor, es una elección, ¿decides dejarte abrumar por los problemas o salir victorioso en medio de ellos?

¡PERO SOBRE TODO LEE LA PALABRA DE DIOS, HAZ ORACION CRISTIANA DIARIAMENTE, Y VIVE PALABRA DE DIOS!.


¡AMEN Y GLORIA A DIOS!.


* NOTAS, COMENTARIOS Y REFLEXIONES POR EL COLABORADOR OSCAR RIVERA.

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