LECTURAS: LUCAS 28:26-39; MATEO 18:34-35; DEUTERONOMIO 14; MARCOS 25:2; MARCOS 16:15.
NOTAS COMENTARIOS Y REFLEXIONES: HAY MUCHAS ARGUCIAS DE SATANAS. MUCHA GENTE COMO LOS "EXORCISTAS" HABLA DE EXPERIENCIAS QUE NO HA TENIDO. LAS CARACTERISTICAS DE LA PERSONA OPRIMIDA POR SATANAS EN LA PALABRA DE DIOS:
1. LA PERSONA ES LLEVADA POR EL DEMONIO PRESENTA COMPULSION, OBSESION Y OPRESION.
2. NO TIENE PAZ NI DESCANSO, PRESENTA INQUIETUD. PERFIL DEMONIACO.
3. TIENE ODIO ASI MISMO GENERA AUTORECHAZO, SE MUTILA, CORTA O GOLPEA GENERANDOSE DAÑO EXTERNO EXPERIMENTANDO ALIVIO INTERNO, PRESENTA AUTOMASOQUISMO RECORDANDO Y RUMIANDO EL PASADO, AUTOMUTILANDOSE MENTALMENTE.
4. NO HAY AYUDA DISPONIBLE DE LA HUMANIDAD, NO SE PUEDE ATARLO NI DOMARLO; EL SER HUMANO NO TENIA LA RESPUESTA NI LA TIENE AHORA. EL HOMBRE OPRIMIDO POR EL MAL NO TIENE CURA HUMANA PORQUE LOS PROBLEMAS ESPIRITUALES DEBE TENER SOLUCIONES ESPIRITUALES.
5.- HAY CONFUSION Y ANGUSTIA PRESENTA EN EL HOMBRE ESPIRITUS ATORMENTADORES.
6. NO USABA ROPA NO PODIA ACTUAR COMO SER HUMANO SOS INSTINTOS BONDADOSOS ESTABAN REPRIMIDOS, INSULTABA A OTROS CON SUS ACCIONES BURDAS.
7. TENIA ACTITUDES DE REBELION POR ESPIRITUS INMUNDOS.
8. ERA RECHAZADO POR LA SOCIEDAD; INFLUENCIADO POR DEMONIOS NO ENCAJABA EN LOS PARAMETROS DE UNA PERSONA NORMAL.
9. LA GENTE HABIA PERDIDO LOS ESPERANZAS EN EL Y FUE DESTERRADO PARA QUE SUFRIERA SOLO EN SU PROPIA CARCEL.
10. EL SABIA EN SU ESPIRITU QUE JESUS ES EL HIJO DE DIOS Y QUE DEBERIA SER ADORADO, ALABADO Y LOS DEMONIOS NO SE LO PERMITIAN, SABE QUE SUS ACCIONES Y SUS ACTITUDES NO SON DE DIOS PERO NO TIENE FORMA DE ALCANZAR LA LIBERTAD.
ESTAS CARACTERISTICAS DESAFORTUNADAMENTE NO DISTAN MUCHO DE LA ACTUALIDAD, CUANTAS PERSONAS HAY ACTUALMENTE QUE VIVEN ASI. LOS DEMONIOS HAN VENIDO A MATAR, A HURTAR Y DESTRUIR.
LOS DEMONIOS BUSCAN Y ACTUAN EN LAS ACTITUDES SUCIAS EN TODO LO QUE NO DA GLORIA A DIOS.
CUANDO JESUS HABLA, EL SEÑOR UNGE Y ORDENA SU VIDA LOS DEMONIOS COMPRENDIERON QUE CUANDO JESUS HABLO DEBIAN PONER LAS COSAS EN SU LUGAR, EN ORDEN.
DEBEMOS DISCERNIR QUE AREAS DE NUESTRA VIDA NO ESTAN EN ORDEN, DEBEMOS PONER EN PRACTICA LA PALABRA DE DIOS.
ESTA METIDO ALGUN DEMONIO EN NUESTRA VIDA QUE GENERA DESORDENES, DEBEMOS ESTAR PENDIENTES ESCUCHANDONOS, OBSERVANDONOS, SINTIENDONOS.
DEBEMOS ESTAR LIMPIOS, PUROS, ESTABLES, VICTORIOSOS SIN PADECER NI SUFRIR; AUTOANALIZANDONOS HACIENDO UN ALTO Y OBSERVANDO QUE HAGO BIEN, QUE HAGO MAL. VIENDO SI VIVIMOS EN BENDICION O MALDICION CON LOS DEMAS.
ORDENAR A LOS DEMONIOS QUE SALGAN FUERA DE NOSOTROS Y SE VAYAN AL ABISMO DESPUES DE LA DERROTA LES ESPERA UN TORMENTO CON SATANAS. HABIA EN EL HOMBRE UN REINO DEMONIACO.
NOTAS COMENTARIOS Y REFLEXIONES: HAY MUCHAS ARGUCIAS DE SATANAS. MUCHA GENTE COMO LOS "EXORCISTAS" HABLA DE EXPERIENCIAS QUE NO HA TENIDO. LAS CARACTERISTICAS DE LA PERSONA OPRIMIDA POR SATANAS EN LA PALABRA DE DIOS:
1. LA PERSONA ES LLEVADA POR EL DEMONIO PRESENTA COMPULSION, OBSESION Y OPRESION.
2. NO TIENE PAZ NI DESCANSO, PRESENTA INQUIETUD. PERFIL DEMONIACO.
3. TIENE ODIO ASI MISMO GENERA AUTORECHAZO, SE MUTILA, CORTA O GOLPEA GENERANDOSE DAÑO EXTERNO EXPERIMENTANDO ALIVIO INTERNO, PRESENTA AUTOMASOQUISMO RECORDANDO Y RUMIANDO EL PASADO, AUTOMUTILANDOSE MENTALMENTE.
4. NO HAY AYUDA DISPONIBLE DE LA HUMANIDAD, NO SE PUEDE ATARLO NI DOMARLO; EL SER HUMANO NO TENIA LA RESPUESTA NI LA TIENE AHORA. EL HOMBRE OPRIMIDO POR EL MAL NO TIENE CURA HUMANA PORQUE LOS PROBLEMAS ESPIRITUALES DEBE TENER SOLUCIONES ESPIRITUALES.
5.- HAY CONFUSION Y ANGUSTIA PRESENTA EN EL HOMBRE ESPIRITUS ATORMENTADORES.
6. NO USABA ROPA NO PODIA ACTUAR COMO SER HUMANO SOS INSTINTOS BONDADOSOS ESTABAN REPRIMIDOS, INSULTABA A OTROS CON SUS ACCIONES BURDAS.
7. TENIA ACTITUDES DE REBELION POR ESPIRITUS INMUNDOS.
8. ERA RECHAZADO POR LA SOCIEDAD; INFLUENCIADO POR DEMONIOS NO ENCAJABA EN LOS PARAMETROS DE UNA PERSONA NORMAL.
9. LA GENTE HABIA PERDIDO LOS ESPERANZAS EN EL Y FUE DESTERRADO PARA QUE SUFRIERA SOLO EN SU PROPIA CARCEL.
10. EL SABIA EN SU ESPIRITU QUE JESUS ES EL HIJO DE DIOS Y QUE DEBERIA SER ADORADO, ALABADO Y LOS DEMONIOS NO SE LO PERMITIAN, SABE QUE SUS ACCIONES Y SUS ACTITUDES NO SON DE DIOS PERO NO TIENE FORMA DE ALCANZAR LA LIBERTAD.
ESTAS CARACTERISTICAS DESAFORTUNADAMENTE NO DISTAN MUCHO DE LA ACTUALIDAD, CUANTAS PERSONAS HAY ACTUALMENTE QUE VIVEN ASI. LOS DEMONIOS HAN VENIDO A MATAR, A HURTAR Y DESTRUIR.
LOS DEMONIOS BUSCAN Y ACTUAN EN LAS ACTITUDES SUCIAS EN TODO LO QUE NO DA GLORIA A DIOS.
CUANDO JESUS HABLA, EL SEÑOR UNGE Y ORDENA SU VIDA LOS DEMONIOS COMPRENDIERON QUE CUANDO JESUS HABLO DEBIAN PONER LAS COSAS EN SU LUGAR, EN ORDEN.
DEBEMOS DISCERNIR QUE AREAS DE NUESTRA VIDA NO ESTAN EN ORDEN, DEBEMOS PONER EN PRACTICA LA PALABRA DE DIOS.
ESTA METIDO ALGUN DEMONIO EN NUESTRA VIDA QUE GENERA DESORDENES, DEBEMOS ESTAR PENDIENTES ESCUCHANDONOS, OBSERVANDONOS, SINTIENDONOS.
DEBEMOS ESTAR LIMPIOS, PUROS, ESTABLES, VICTORIOSOS SIN PADECER NI SUFRIR; AUTOANALIZANDONOS HACIENDO UN ALTO Y OBSERVANDO QUE HAGO BIEN, QUE HAGO MAL. VIENDO SI VIVIMOS EN BENDICION O MALDICION CON LOS DEMAS.
ORDENAR A LOS DEMONIOS QUE SALGAN FUERA DE NOSOTROS Y SE VAYAN AL ABISMO DESPUES DE LA DERROTA LES ESPERA UN TORMENTO CON SATANAS. HABIA EN EL HOMBRE UN REINO DEMONIACO.
NOSOTROS PODEMOS PRESENTAR: ESPIRITUS DE ABATIMIENTO, DE CARGA, MELANCOLIA, OPRESION Y TRISTEZA; ESPIRITUS DE IRA Y ANGUSTIA, ESPIRITUS DE CONFUSION, FRUSTRACION, INCOHERENCIA Y OLVIDO, DUDA, CONDENACION, DESCONCIERTO, INUTILIDAD Y DE VERGUENZA, EN LA DEPRESION ESPIRITUS DE ANSIEDAD, DE DEMENCIA DE ENAJENACION, PARANOIA Y RETARDO MENTAL, ESPIRITUS DE ESQUIZOFRENIA E INDIFERIENCIA. HAY DEMONIOS PARA MANTENERNOS LA MENTE ATADA.
ESPIRITUS RELIGIOSOS, DE ERRORES DOCTRINALES Y DE RELIGIOSIDAD, RITUALISMO Y FANATISMO.
LA INFLUENCIA DEMONIACA ES TAN GRANDE, TAN PERVERSA QUE ALEJA A LA GENTE DE DIOS. DEBEMOS IR AL FRENTE Y HACIA ADELANTE ¡SANOS Y LIBRES!.
DE CUALQUIER INFLUENCIA DEMONIACA HAY QUE DARLE VIDA CON LA PALABRA DE DIOS PARA QUE HECHES FUERA A ESE DEMONIO, PARA QUE DIOS TE AYUDE Y LIBERE BENDICE TODO EN EL NOMBRE DE JESUS.
Las ataduras de Satanás se rompen millares de personas en todo el mundo sufren opresión, bien sea por la posesión demoníaca o por la influencia que ejerce el enemigo mediante dominio sobre ciertas áreas de la persona. En todos los casos la persona que atraviesa por esa situación, llega a pensar que es imposible romper las cadenas.
Durante su ministerio terrenal el Señor Jesús trajo libertad a quienes se encontraban cautivos por Satanás. “Así que Jesús recorrió Galilea entera predicando y expulsando a los demonios.”(Marcos 1:39). Las Escrituras especifican que “Su fama llegó a Siria, y le traían todo tipo de enfermos. No había enfermo, endemoniado, loco o paralítico que le trajeran y a quien no sanara.”(Mateo 4.24).
La preocupación de nuestro amado Salvador fue la sanidad de los enfermos y la liberación de los oprimidos por el demonio.
¿Cómo ha gobernado el poder de las tinieblas? Mediante el pecado. Pero justo en esa esfera obra la redención del Señor Jesús, mediante su muerte y resurrección: trayendo perdón y abriendo las puertas a una nueva vida. “Pero el Hijo de Dios vino a destruir las obras del diablo.”(1 Juan 3:8).
¡Hay libertad para todos aquellos que se encuentran bajo ataduras de opresión! Jamás olvide: ya que “…los hijos de Dios no son de carne y hueso, Jesús también compartió esa naturaleza de carne y hueso, para así anular, por medio de su muerte, al que tiene el dominio de la muerte, al diablo, y poder librar a los que vivían siempre en esclavitud por temor a la muerte.”(Hebreos 2:14-15). Un paso inicial y esencial para traer liberación a quienes se encuentran bajo cautividad, es que comprendan la grandeza de la obra del Señor Jesús. Es imperativo que reconozcan—en su mente y en su ser—que gracias a nuestro Redentor, el amado Señor de nuestras vidas, toda atadura se rompe, tal como lo dijo: “Entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.”(Juan 8:32).
Durante su ministerio terrenal el Señor Jesús trajo libertad a quienes se encontraban cautivos por Satanás. “Así que Jesús recorrió Galilea entera predicando y expulsando a los demonios.”(Marcos 1:39). Las Escrituras especifican que “Su fama llegó a Siria, y le traían todo tipo de enfermos. No había enfermo, endemoniado, loco o paralítico que le trajeran y a quien no sanara.”(Mateo 4.24).
La preocupación de nuestro amado Salvador fue la sanidad de los enfermos y la liberación de los oprimidos por el demonio.
¿Cómo ha gobernado el poder de las tinieblas? Mediante el pecado. Pero justo en esa esfera obra la redención del Señor Jesús, mediante su muerte y resurrección: trayendo perdón y abriendo las puertas a una nueva vida. “Pero el Hijo de Dios vino a destruir las obras del diablo.”(1 Juan 3:8).
¡Hay libertad para todos aquellos que se encuentran bajo ataduras de opresión! Jamás olvide: ya que “…los hijos de Dios no son de carne y hueso, Jesús también compartió esa naturaleza de carne y hueso, para así anular, por medio de su muerte, al que tiene el dominio de la muerte, al diablo, y poder librar a los que vivían siempre en esclavitud por temor a la muerte.”(Hebreos 2:14-15). Un paso inicial y esencial para traer liberación a quienes se encuentran bajo cautividad, es que comprendan la grandeza de la obra del Señor Jesús. Es imperativo que reconozcan—en su mente y en su ser—que gracias a nuestro Redentor, el amado Señor de nuestras vidas, toda atadura se rompe, tal como lo dijo: “Entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.”(Juan 8:32).
Un pastor dijo:“Tenemos poder sobre el diablo para echarlo tanto de nuestras vidas como de las vidas de los demás. Algunas personas, sin embargo, quieren seguir atadas, y les gustan sus fortalezas demoníacas; sólo les disgustan el dolor y el sufrimiento que producen la esclavitud. En vez de obrar para ser liberados eligen pasar “un día más con las ranas”… Levántese, sacúdase, y decida que esto es lo que quiere. La oscuridad no puede morar con la luz. Los demonios odian la rectitud, y el poder de la unción de Dios rompe todo yugo y deshace toda pesada carga en su vida.”
Hace tiempo en Santiago de Cali, tres jóvenes jugaron con la taba Ouija; argumentaron que lo hacían por curiosidad. En menos de tres horas una de ellas evidenció posesión demoníaca.
Dos ministros, uno católico y otro ortodoxo griego, procuraron la liberación, pero los esfuerzos resultaron infructuosos. Incluso intervino la policía. Nada resultó. Sin embargo los ataques que parecían de epilepsia, y el tono de voz de ultratumba de la chica, llamaron poderosamente la atención de los medios de comunicación. Al día siguiente fue titular de primera plana en los diarios.
Alguien explicó que se trataba de un trastorno sicológico. ¡Satanás logró llamar la atención y desviar hacia una causa, con explicación científica, lo que en realidad era una posesión!La Palabra de Dios relata que mientras el Señor Jesús recorría la región de los gadarenos “…un endemoniado salió del cementerio y se le acercó. Vivía entre los sepulcros y tenía una fuerza que, cada vez que lo encadenaban de pies y manos, rompía las cadenas y se iba… Día y noche vagaba solitario por los sepulcros y los montes gritando e hiriéndose con piedras afiladas.”(Marcos 5:3-5).
Esas son apenas algunas de las manifestaciones de alguien que se encuentra endemoniado; pero hay también otras: exaltación, gritería incontrolada, rebeldía, aversión a todo aquello que esté asociado con la obra de Dios, una actitud desafiante; también náuseas, mirada penetrante y llena de odio, cambio en el tono de voz, dificultades para orar y leer la Palabra de Dios, expresiones vulgares e imposibilidad para reconocer el Señorío de Cristo.
Cuando Satanás se ve amenazado, inmediatamente reacciona. Eso es lo que ocurre con las manifestaciones demoníacas. ¿Recuerda al gadareno que estaba poseído? “Cuando vio a lo lejos que Jesús se acercaba, corrió a su encuentro, cayó de rodillas ante él y gritó con fuerza:–¿Qué tienes contra mí, Jesús, Hijo del Dios Altísimo?¡Te suplico por Dios que no me atormentes!”(Marcos 5:6-7). Cuando se encuentre frente a alguien con una caracterización muy similar, es necesario que le hable a la persona. Llévela a que de nuevo tome el control, porque sin duda los demonios querrán dejarle la mente en blanco.
Una vez recobre el dominio sobre sí misma, lleve a la persona a comprender que sólo con el poder de Jesucristo puede ser libre. Debe tomar la decisión porque de lo contrario el enemigo seguirá ejerciendo gobierno, bien sea por dominación o influencia demoníaca.
Recuerde que tal como anotan las Escrituras, Satanás ya está vencido. El apóstol Pablo explicó a los creyentes de Colosas: “De hecho, ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y no se habían despojado de su naturaleza pecaminosa; pero Dios nos vivificó con Cristo y nos perdonó los pecados. Él eliminó la prueba acusatoria que había contra ustedes, es decir, los mandamientos de la Ley. Esa quedó anulada cuando la clavó en la cruz. Y así despojó a los seres espirituales que tienen poder y autoridad, y, por medio de Cristo, los humilló públicamente y los exhibió en su desfile triunfal.”(Colosenses 2:13-15). ¿Se da cuenta? El poder de las tinieblas ya fue vencido. Cristo, nuestro amado Salvador, resultó victorioso.
La decisión personal es clave en el proceso de liberación, la decisión personal es clave. Es cada quien el que determina si quiere seguir bajo la atadura de Satanás, o por el contrario, procede a renunciar a todo pacto que haya hecho con el ocultismo. Es apenas natural que los demonios no querrán salir del cuerpo e incluso, amenazarán con quitarle la vida a quien es víctima de posesión o influencia; sin embargo, son mentiras de Satanás. Constituyen una cortina de humo para permanecer ejerciendo control.
En este “choque de poder”, cuando se desafía el poder ocultista en el que se ha estado sumido por mucho tiempo, es imprescindible que se deposite toda confianza en Dios, dejando de lado el temor.
En la Biblia leemos que “El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?. Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza.”(Salmo 27:1-3).
Además de la renuncia, cada uno debe optar por deshacerse de todo lo que le relacione con el ocultismo o pactos que haya podido hacer “…para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas.”(2 Corintios 2:11).
Ordene a todos los espíritus que salgan en la medida en que la persona esté conciente, llévela para que ordene a todos los espíritus salir de su cuerpo. Si hay manifestación demoníaca, le corresponde a usted como ministro de liberación hacerlo. Ordénele a los entes de maldad que salgan. Hay autoridad de Cristo en su vida, tal como Él, en su ministerio terrenal lo hizo: “Al ponerse el sol, la gente le llevó a Jesús todos los que padecían de diversas enfermedades; él puso las manos sobre cada uno de ellos y los sanó. Además, de muchas personas salían demonios que gritaban: « ¡Tú eres el Hijo de Dios!» Pero él los reprendía y no los dejaba hablar porque sabían que él era el Cristo.”(Lucas 4:40-41). Pero, tome nota: estoy hablando de ejercer autoridad en Cristo no de imponer las manos a los endemoniados, que es una confusión a la que se presta el texto si se lee con rapidez y no con cuidado y discernimiento.
Cabe aquí resaltar que al liberar a los cautivos, el Señor Jesús trató con los demonios, no con la persona que al fin y al cabo, estaba era bajo atadura; El Salvador echó fuera a los demonios, no había necesidad de ordenar a gritos, como ocurre hoy día en muchas iglesias. La gritería no reemplaza la autoridad en Cristo. Tampoco acudió al zapateo ni a gestos grandilocuentes como tratando de asustar al diablo. Otro elemento es que no se dejó perturbar por el demonio y menos intimidar, que es una estrategia a la que suelen acudir los espíritus de maldad.
Reconociendo a Jesucristo como Señor una vez la persona ha sido liberada, es esencial que declare a Jesús como Señor y Salvador. Si no lo había hecho en el proceso o antes de la liberación, debe recibir a Cristo en Su corazón. Recuerde que al hacerlo, se le da plena autoridad al Señor para que gobierne a la persona.
Hace tiempo en Santiago de Cali, tres jóvenes jugaron con la taba Ouija; argumentaron que lo hacían por curiosidad. En menos de tres horas una de ellas evidenció posesión demoníaca.
Dos ministros, uno católico y otro ortodoxo griego, procuraron la liberación, pero los esfuerzos resultaron infructuosos. Incluso intervino la policía. Nada resultó. Sin embargo los ataques que parecían de epilepsia, y el tono de voz de ultratumba de la chica, llamaron poderosamente la atención de los medios de comunicación. Al día siguiente fue titular de primera plana en los diarios.
Alguien explicó que se trataba de un trastorno sicológico. ¡Satanás logró llamar la atención y desviar hacia una causa, con explicación científica, lo que en realidad era una posesión!La Palabra de Dios relata que mientras el Señor Jesús recorría la región de los gadarenos “…un endemoniado salió del cementerio y se le acercó. Vivía entre los sepulcros y tenía una fuerza que, cada vez que lo encadenaban de pies y manos, rompía las cadenas y se iba… Día y noche vagaba solitario por los sepulcros y los montes gritando e hiriéndose con piedras afiladas.”(Marcos 5:3-5).
Esas son apenas algunas de las manifestaciones de alguien que se encuentra endemoniado; pero hay también otras: exaltación, gritería incontrolada, rebeldía, aversión a todo aquello que esté asociado con la obra de Dios, una actitud desafiante; también náuseas, mirada penetrante y llena de odio, cambio en el tono de voz, dificultades para orar y leer la Palabra de Dios, expresiones vulgares e imposibilidad para reconocer el Señorío de Cristo.
Cuando Satanás se ve amenazado, inmediatamente reacciona. Eso es lo que ocurre con las manifestaciones demoníacas. ¿Recuerda al gadareno que estaba poseído? “Cuando vio a lo lejos que Jesús se acercaba, corrió a su encuentro, cayó de rodillas ante él y gritó con fuerza:–¿Qué tienes contra mí, Jesús, Hijo del Dios Altísimo?¡Te suplico por Dios que no me atormentes!”(Marcos 5:6-7). Cuando se encuentre frente a alguien con una caracterización muy similar, es necesario que le hable a la persona. Llévela a que de nuevo tome el control, porque sin duda los demonios querrán dejarle la mente en blanco.
Una vez recobre el dominio sobre sí misma, lleve a la persona a comprender que sólo con el poder de Jesucristo puede ser libre. Debe tomar la decisión porque de lo contrario el enemigo seguirá ejerciendo gobierno, bien sea por dominación o influencia demoníaca.
Recuerde que tal como anotan las Escrituras, Satanás ya está vencido. El apóstol Pablo explicó a los creyentes de Colosas: “De hecho, ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y no se habían despojado de su naturaleza pecaminosa; pero Dios nos vivificó con Cristo y nos perdonó los pecados. Él eliminó la prueba acusatoria que había contra ustedes, es decir, los mandamientos de la Ley. Esa quedó anulada cuando la clavó en la cruz. Y así despojó a los seres espirituales que tienen poder y autoridad, y, por medio de Cristo, los humilló públicamente y los exhibió en su desfile triunfal.”(Colosenses 2:13-15). ¿Se da cuenta? El poder de las tinieblas ya fue vencido. Cristo, nuestro amado Salvador, resultó victorioso.
La decisión personal es clave en el proceso de liberación, la decisión personal es clave. Es cada quien el que determina si quiere seguir bajo la atadura de Satanás, o por el contrario, procede a renunciar a todo pacto que haya hecho con el ocultismo. Es apenas natural que los demonios no querrán salir del cuerpo e incluso, amenazarán con quitarle la vida a quien es víctima de posesión o influencia; sin embargo, son mentiras de Satanás. Constituyen una cortina de humo para permanecer ejerciendo control.
En este “choque de poder”, cuando se desafía el poder ocultista en el que se ha estado sumido por mucho tiempo, es imprescindible que se deposite toda confianza en Dios, dejando de lado el temor.
En la Biblia leemos que “El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?. Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza.”(Salmo 27:1-3).
Además de la renuncia, cada uno debe optar por deshacerse de todo lo que le relacione con el ocultismo o pactos que haya podido hacer “…para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas.”(2 Corintios 2:11).
Ordene a todos los espíritus que salgan en la medida en que la persona esté conciente, llévela para que ordene a todos los espíritus salir de su cuerpo. Si hay manifestación demoníaca, le corresponde a usted como ministro de liberación hacerlo. Ordénele a los entes de maldad que salgan. Hay autoridad de Cristo en su vida, tal como Él, en su ministerio terrenal lo hizo: “Al ponerse el sol, la gente le llevó a Jesús todos los que padecían de diversas enfermedades; él puso las manos sobre cada uno de ellos y los sanó. Además, de muchas personas salían demonios que gritaban: « ¡Tú eres el Hijo de Dios!» Pero él los reprendía y no los dejaba hablar porque sabían que él era el Cristo.”(Lucas 4:40-41). Pero, tome nota: estoy hablando de ejercer autoridad en Cristo no de imponer las manos a los endemoniados, que es una confusión a la que se presta el texto si se lee con rapidez y no con cuidado y discernimiento.
Cabe aquí resaltar que al liberar a los cautivos, el Señor Jesús trató con los demonios, no con la persona que al fin y al cabo, estaba era bajo atadura; El Salvador echó fuera a los demonios, no había necesidad de ordenar a gritos, como ocurre hoy día en muchas iglesias. La gritería no reemplaza la autoridad en Cristo. Tampoco acudió al zapateo ni a gestos grandilocuentes como tratando de asustar al diablo. Otro elemento es que no se dejó perturbar por el demonio y menos intimidar, que es una estrategia a la que suelen acudir los espíritus de maldad.
Reconociendo a Jesucristo como Señor una vez la persona ha sido liberada, es esencial que declare a Jesús como Señor y Salvador. Si no lo había hecho en el proceso o antes de la liberación, debe recibir a Cristo en Su corazón. Recuerde que al hacerlo, se le da plena autoridad al Señor para que gobierne a la persona.
Tiene en su poder la gran potestad de Jesucristo, no lo piense más y expulse de sí todos los demonios que no le permiten avanzar en gracia.
RECUERDE HERMANO ¡LA GLORIA DE JESUCRISTO ESTA SOBRE USTED! ¡GOCELA Y VIVIVALA!.
¡AMEN Y GLORIA A DIOS!.
*NOTAS, COMENTARIOS Y REFLEXIONES POR EL COLABORADOR OSCAR RIVERA.
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